El refuerzo de base y sub-base es una de las aplicaciones más comunes de los geosintéticos en caminos pavimentados o de terracería. Los geosintéticos se colocan sobre la subrasante incrementando la estabilidad y mejorando el rendimiento del paquete de firmes encima de estos.
Las cargas que implican el paso de los vehículos se transmiten a través de toda la estructura provocando movimientos de partículas y asentamientos. El efecto de este movimiento de partículas, en conjunto con el agua, causa pérdidas de resistencia y espesores de las capas base y subbase, provocando que se contaminen entre sí. Lo cual se traduce en deformaciones que dañan la funcionalidad y vida útil de las infraestructuras viales.
La aplicación de geosintéticos como refuerzo de base y subbase permiten distribuir de forma uniforme los esfuerzos provocados por el tráfico evitando la deformación de la estructura. El refuerzo que brindan los geosintéticos se calcula con base en criterios de ingeniería que permiten predecir su desempeño de acuerdo a métodos ya validados como estándares de diseño para este tipo de infraestructuras viales. Además, los geosintéticos son una solución rentable al poder aplicarse en un amplio rango de condiciones y tipos de suelos.